La mujer del cartero by Leonor Moreira

La mujer del cartero by Leonor Moreira

autor:Leonor Moreira
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Romántico, Novela, Intriga
publicado: 2019-07-08T22:00:00+00:00


11

No puedo hacerte entender.

No puedo hacer que nadie entienda lo que está sucediendo dentro de mí.

Ni siquiera puedo explicarlo a mí mismo.

F. Kafka.

Sequé mis las lágrimas mezcladas con sudor, aparté el pelo de la cara y me levanté del suelo de mi habitación. Bajé a la cocina despacio y vi que aún estaban en el suelo una silla, la sartén con la que le había pegado a Sofía, algún vaso roto y el mobiliario apartado de su sitio habitual. Recogí todo y fregué los platos y los cacharros sucios. Los que ellos habían usado, porque yo no había comido. No se oía ni una mosca y mi mente se sentía en paz. En paz conmigo misma y con el mundo. Hacía un rato que había hecho algo por mí, algo que necesitaba para sacarme todo el peso de las humillaciones que cargaba a mis espaldas, y me sentía liberada.

Una vez que acabé de recoger y limpiar, decidí que era el mejor momento para comer con tranquilidad y sin molestias. Me calenté en el microondas un poco de pasta, me acomodé en una silla y almorcé como si nada hubiese pasado en esa cocina. Encendí la televisión y me dispuse a disfrutar de aquel momento en soledad, que es como mejor se está cuando te ves rodeada de carroña a diario. Saboreé cada bocado que metía en la boca, al mismo tiempo que las imágenes de Sofía, sangrando en el suelo, me venían a la mente. Podrá parecer una actitud sádica o cruel, pero esa comida la disfruté como nunca.

Nada me importaba, tampoco si Sofía moría o vivía. En el supuesto de que mi sartenazo tuviera consecuencias graves para ella y yo debiera afrontar una denuncia, alegaría enajenación mental transitoria, colapso emocional o algo parecido. Lo había visto en muchos programas de la televisión y solía funcionar en personas normales que jamás habían tenido un problema con la justicia. En personas como yo. Estaba convencida y segura de que no me pasaría nada y eso me alegraba.

En cualquier caso, tendría que seguir fingiendo ante los demás. Decidí que a Álex no se lo contaría de momento, puesto que no sabía si se llegaría a asustar conmigo o no. Tenía una idea sobre mí de mujer dulce y cariñosa y quizás esto le sobrepasase y dudase si seguir conmigo.

Los minutos fueron pasando y con ellos mi tarde de relax, hasta que cerca de la noche me llamó Ricardo para avisarme de que a su hermana le habían diagnosticado una contusión importante en la cabeza y que quedaría ingresada en observación para asegurarse de que no surgía ninguna complicación. Le pregunté qué me pasaría a mí y me respondió que ya hablaríamos de ello cuando llegase a casa.

En cuanto colgué, pensé en hacerle una visita a Álex, ya que estaba sola en casa y Ricardo tardaría en volver. Me apetecía estar con él, pero había ido a su casa esa misma mañana y, aunque para mí nunca resultaba suficiente, pensé que sería mejor no agobiarlo mucho y dejarle su espacio personal.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.